jueves, 23 de febrero de 2012

"No es lo mismo" (Alejandro Sanz dixit)” o “El PAE y las 3 enes (por Barrio Sésamo)” Episodio V

¿Qué hacemos las enfermeras?
Esta es la pregunta a la que intenta dar respuesta la Clasificación de Intervenciones Enfermeras (C.I.E. o, con sus siglas en inglés, NIC).
Es una de las muchas intentonas de defenderse, de forma satisfactoria, del cuestionamiento, sobre todo hace unas décadas, sobre la “utilidad” que tiene una enfermera  y si merece el sueldo que se paga por ella. De hecho, el inicio de la NANDA tuvo que ver con uno de esos intentos de “descubrir” qué hacen las enfermeras.

Es, considerablemente, el lenguaje estandarizado del conjunto NNN (NANDA-NIC-NOC), mejor aceptado y más comprensible para los profesionales de enfermería, incluso sin haber recibido formación metodológica específica, tal vez por dar nombre a las intervenciones que las enfermeras realizan, sin distinguir entre tareas dependientes, interdependientes e independientes y, por tanto, no todas las intervenciones de la clasificación derivan de un diagnóstico enfermero. Cosa que parece obvia pero que, en ocasiones se olvida, e intentamos buscar problemas enfermeros desde las intervenciones donde no los hay…hasta el momento.

Como el resto de lenguajes estandarizados, y en gran parte por el escaso intervalo de tiempo en que se viene desarrollando, adolece de falta de “estudios de campo” que validen su contenido, quedando, prácticamente como resultado de un “consenso de expertos”, condenándolos al nivel más bajo de evidencia, pero evidencia al fin y al cabo (que siempre es mejor que un “porque siempre se ha hecho así en este barrio”).

En la clasificación conviven intervenciones muy generales, con otras más específicas.
Un claro ejemplo es la intervención 2300 Administración de medicación y casi una veintena de intervenciones “administración de medicación:” acompañada de las diversas coletillas, oral, intravenosa, intramuscular, subcutánea…, sin contar unas cuantas intervenciones de administración de analgesia.

Esto, como con todo, tiene sus pros y sus contras, pues si bien permite especificar claramente la intervención realizada o proporcionar una alternativa a largas listas de intervenciones cuando se administra medicación por distintas vías en un corto espacio de tiempo o, resumir con una sóla intervención, un complejo proceso de educación para la salud, también nos priva, en caso de utilizar una intervención general, de poder descubrir qué se ha realizado concretamente. Debemos confiar, pues, en el criterio de la enfermera que realiza el registro sobre la conveniencia de usar una intervención general o más específica para reflejar su trabajo.

Existe una alternativa que permite especificar en las intervenciones más generales; detallar las actividades (en las que se divide cada intervención) que se han llevado a cabo.

Sin embargo, las actividades no están codificadas y por tanto, estandarizadas, aunque la misma NIC proponga que se pueda codificar cada actividad con un número de 2 cifras que marcan su posición dentro de la intervención acompañando, tras un punto, al código de la intervención.
Pero, haciéndolo de este modo, “habemus” problema, porque las actividades se ordenan siguiendo, redundantemente, el orden en que deben realizarse para llevar a cabo la intervención (aunque no haya que realizarlas todas ni hacerlo en el mismo orden).
Si las codificamos por el número que ocupan en la intervención, ¿no se pueden incluir nuevas actividades, o eliminar algunas de las existentes, en las intervenciones? Y lo que es más grave, la misma actividad, en dos intervenciones distintas, tendría códigos distintos.

Algo similar pasa con los factores relacionados y características definitorias de los diagnósticos enfermeros de NANDA-I, si bien ya han empezado a dar pasos para solucionarlo y estandarizar estos conceptos. La NIC debería iniciar también un trabajo de estandarización y mucho mejor si lo basa en estudios clínicos.

El uso de la NIC, y lo he probado en mis propias carnes, se implanta rápidamente por su capacidad de transmitir de forma concisa e inequívoca las intervenciones que la enfermera ha realizado durante su trabajo, así como la fácil lectura de su registro por otra enfermera.

La NIC contiene intervenciones que chocan al descubrirlas por retrotraernos a arcaicos tiempos, como la 3460 Terapia con sanguijuelas, totalmente, según mi conocimiento, extinta en nuestro país.

Sin embargo, como en todo, la investigación y la Ciencia ha de tener la última palabra, pues ya hay estudios que parecen confirmar la conveniencia del uso de animalitos, no aptos para estómagos delicados, en la desbridación de heridas y de las propias sanguijuelas en varios procesos.

Pues lo dicho, tenemos que empezar a realizar estudios, no sólo para confirmar qué es lo que hacen las enfermeras, sino también para descubrir qué es lo que podemos y debemos hacer…¡Hasta el infinito y más allá!


Imagen obtenida de:http://www.ser.es/gteser/asociarse-gteser

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