martes, 30 de abril de 2013

Colocando las primeras baldosas amarillas

La semana pasada se produjo una doble buena noticia, la Asociación Española de Nomenclatura, Taxonomía y Diagnósticos de Enfermería (AENTDE) se introducía en las redes sociales (Twitter y Facebook), convirtiéndose en una institución más cercana y accesible, y unos pocos días antes se presentaba en sociedad la Red Española de Investigación en Taxonomías Enfermeras (REITEabierta a “tod@s l@s enfermer@s español@as investigador@s que quieran Sumar, investigando con estructuras de Grupo de Investigación (GITE) y Red de Investigación. AENTDE ofrece la Red (REITE); entre todos hemos de aportar los Grupos (GITE)”.

Siempre es una buena noticia que se fomente la investigación y mejor cuando se proporciona una herramienta que permitirá coordinar las líneas de investigación en NANDA-NOC-NIC. Junto al anuncio, en las últimas ediciones de las definiciones y clasificación de los diagnósticos enfermeros de NANDA International, de revisar todos los diagnósticos enfermeros, de normalizar los factores relacionados y las características definitorias, se abre un horizonte ilusionante ante nosotros, pues ambas iniciativas pueden significar el comienzo del camino  hacia la validación clínica de las taxonomías enfermeras.

Es importante, no sólo iniciar nuevos estudios de determinación de los factores relacionados o de riesgo como causas de las situaciones que definen las etiquetas diagnósticas, o las características definitorias que nos permiten afirmar que dicha situación se produce, también realizar una exhaustiva revisión bibliográfica para descubrir los estudios ya existentes que demuestran causalidad, como en el caso del riesgo de caídas, que no ha sido revisado por NANDA y, por tanto, continúa sin bibliografía asociada en las publicaciones bianuales y sin el nivel de evidencia que, fácilmente, puede superar el tan repetido 2.1 de NANDA-I.
Hablando de bibliografía, sería interesante que se dirigiera al usuario de las publicaciones de NANDA a los estudios específicos que sustentan la presencia de cada factor relacionado, de cada característica definitoria o de cada etiqueta diagnóstica, para facilitar la comprensión de los mismos y su adopción en la práctica clínica al conocer a qué hace referencia y en base a qué se ha asumido la asociación con los otros elementos del diagnóstico.

Pero no todo son los diagnósticos, tanto la Clasificación de Resultados Enfermeros (NOC) como la Clasificación de Intervenciones Enfermeras (NIC) precisan de validación clínica. ¿Veremos algún día las actividades de las diversas intervenciones con un nivel de evidencia o grado de recomendación individualizado y con su bibliografía adjunta o nos conformaremos con pensar que no pasará nunca de consenso de expertos?

Un punto aparte merece la NOC, que estableciendo las asociaciones de sus indicadores con los resultados puede asimismo echar un cable a las características definitorias de los diagnósticos y permitirá confirmar la presencia o no de un diagnóstico, como está demostrando Morales Asencio con sus trabajos.
Por otro lado, los indicadores del resultado “Integridad tisular: piel y mucosas” como eritema, necrosis, hidratación, crecimiento del vello cutáneo… parecen más específicos y más fáciles de valorar que las mucho más generales características definitorias de Deterioro de la integridad cutánea tales como “Destrucción de las capas de la piel”, Alteración de la superficie de la piel” o “Invasión de las estructuras corporales”.
Además es importante determinar procedimientos diagnósticos que permitan, tanto medir de forma inequívoca las características definitorias. En algunos casos bastará con la observación (realizada de una forma determinada), pero en otros como en las características definitorias de “Intolerancia a la actividad” quizás sea necesario realizar una prueba de esfuerzo  o un test de marcha de 6 minutos para afirmar que el diagnóstico está presente.

En resumen, es imprescindible investigar, realizar estudios de casos-control, de cohortes, ensayos clínicos aleatorizados… y hoy, AENTDE, nos da un empujoncillo para ello. No dejemos pasar la oportunidad.